
Benaocaz es un pequeño pueblo perteneciente al Parque Natural Sierra de Grazalema, dentro de la ruta de los Pueblos Blancos. Su término municipal está situado al noroeste de la provincia de Cádiz, concretamente en la Sierra del Endrinal, al sur del río Tavizna; limita con Grazalema al norte, con Ubrique al sur, con Villaluenga del Rosario al este y al oeste con El Bosque.
Es un pueblo de montaña a unos 800 m. de altitud sobre el nivel del mar y con una población en torno a los 700 habitantes, que conserva estrechas y empinadas calles debido a su herencia árabe. Se puede acceder al pueblo por la carretera A-374 entre Ubrique y Ronda. Fue declarado Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico Artístico en 1985.
Un poco de historia
El origen del nombre de Benaocaz derivaría de lo que se conocería como fundación del “hijo de Ocaz”, reyezuelo árabe, en la época de la Reconquista.
Anteriormente, la existencia de población durante la prehistoria queda acreditada por los restos arqueológicos encontrados en la Sima de la Veredilla (S. VI. a. C.) y en diferentes cuevas de la Manga y de los Villares, además también se ha documentado la presencia Libio-fenicia, Celta y Romana, siendo de ésta última el antiguo camino de la Manga y el Arroyo Seco, donde aún existen restos de la calzada que comunica Benaocaz con Ubrique, y que es de las pocas que se conservan en la Sierra de Cádiz.
La fundación del pueblo data del año 715, por los árabes, estando bajo dominación islámica hasta su reconquista en 1485 por Don Rodrigo Ponce de León y Núñez, Marqués de Cádiz, a favor de los cristianos, que también conquista Archite, Castillo de Aznalmara, Castillo de Cardela, Ubrique, Villaluenga del Rosario y Grazalema; conocidas todas estas villas incluida Benaocaz por "Las Siete Villas".
Como nota destacable, la conquista no fue muy violenta en Benaocaz, cuenta la leyenda que sus mujeres salieron al encuentro de los Reyes Católicos para entregarles sus joyas en el Puerto de Don Fernando; de aquí el dicho: “De Benaocaz, la hembra lo más”.
Con el final de la Guerra de Granada y de la Reconquista, los Reyes Católicos conceden en diciembre de 1490 el Señorío de las Siete Villas a Don Rodrigo Ponce de León y Núñez en pago por reconquistarlas e integrándose todas a la Corona de Castilla. Tras su muerte, la repoblación de las villas con cristianos procedentes del valle del Guadalquivir, de Cádiz e incluso castellanos, corresponderá a su heredero Rodrigo Ponce de León y Ponce de León en 1520. El reparto de la tierra que proclama el I duque de Arcos, marca así el origen de la repoblación de la Villa de Benaocaz. Durante el siglo XVI las villas de Archite, Aznalmara y Cardela se despoblaron definitivamente. Posteriormente, los vecinos de Benaocaz alcanzan cierto grado de independencia mediante la compra de oficios jurisdiccionales a la Corona de Castilla.
El siglo XVIII supone una etapa de prosperidad para Benaocaz, truncada en el siglo XIX por la aparición de una epidemia de peste que afectó a la zona, y a las nefastas consecuencias de la Guerra de la Independencia, que supuso el saqueo y destrucción de los pueblos de la Sierra de Cádiz.
En este caso, hay que reseñar la notable resistencia mostrada por los vecinos y vecinas de Benaocaz ante la invasión napoleónica.
En el siglo XX, durante la Guerra Civil, en Benaocaz se escondieron los documentos del archivo evitando así su destrucción, y debido a ello, se conserva un archivo histórico muy importante, que data de 1.515 hasta nuestros días.


